miércoles, 25 de septiembre de 2013

DIA 15.- ORENSE - SILLEDA 73 Kms.

Orense es una de las ciudades elegidas por muchos peregrinos a pie para iniciar el Camino Sanabrés,  la compostela se obtiene haciendo al menos 100 kms a pie, o 200 kms si los haces en bicicleta o a caballo. Ese era el principal motivo por el cual en el albergue de Orense esa noche había bastante gente, la mayoría comenzaban desde allí.
Al salir estuvimos hablando con un holandes que había venido desde su país en bicicleta y ya llevaba más de 2.000 kms recorridos, el doble que nosotros. Su bici era una Kona Miyata, especial para cicloturismo, con un precio cercano a los 2.000 euros. En el precio no nos duplicaba sino que casi cuadriplicaba el precio de nuestras dos bicis juntas.

Nuestras bicis junto a la del holandes en la puerta del albergue de Orense

Nos habían recomendado salir de Orense por la carretera nacional, ya que el camino en sus primeros kilómetros tenía unos desniveles casi imposibles e ibamos a tener que ir arrastrando nuestras bicicletas. Según nos decían, la N-525 no tenía casi tráfico y era la mejor opción.
Salir de la ciudad ya fue bastante estresante pero al poco de cruzar el Río Miño, comenzamos a subir y el tráfico cada vez era más peligroso. Ascendimos durante varios kilómetros que se nos hicieron interminables por el estrés del tráfico y la tensión de estar siempre mirando por el espejo retrovisor a ver a que distancia nos iba a pasar el siguiente camión. Tras ascender unos 8 kms vimos pasar a los chicos de Reus por un puente sobre nuestras cabezas. Enseguida abandonamos la nacional para alcanzarlos, ellos llevaban GPS y mapas de la ruta y pensamos que iban por la ruta buena, pero parece que al final nosotros habíamos elegido la mejor opción, ya que según nos comentaron, la salida de Orense por el camino fue muy agotadora, teniendo que subir andando y arrastrando las bicis.
Tomamos de nuevo la nacional que parece que poco a poco se iba descongestionando de vehículos, además fuimos cogiendo partes del camino hasta que optamos de nuevo por ir por la nacional.


Con nuestros tres amigos de Reus ya formabamos un nutrido pelotón



Lo que más le gustaba a Merce de este pelotón es que los avituallamientos se hacía más largos y eran más frecuentes que cuando pedaleábamos solos

En Silleda, el pelotón al completo, se alojó en el Hotel Ramos por 30 euros la habitación doble y 20 la individual, sin duda muy buena opción.
Después de descansar un poco fuimos a cenar al restaurante que había enfrente del hotel. Una de las mejores cenas de nuestra ruta y además con buena compañía.


Cenando en Silleda con Victor, Salva y Santi. 

La dueña del restaurante con Salva y Victor

domingo, 22 de septiembre de 2013

DIA 14.- LA GUDIÑA - ORENSE. 100 Kms.

Iniciamos la ruta al amanecer y al poco de salir de La Gudiña nos encontramos con los tres "chavales" de Reus. Compartimos con ellos varios kilómetros por una carretera casi siempre en ascenso, y sin apenas un árbol. Con la gran cantidad de incendios que hay todos los años en Galicia no nos extraña encontrarnos de vez en cuando con estos paisajes. En Campobecerros ellos hacen una parada y nosotros seguimos por un cuestón bastante importante. El encargado del albergue nos dijo la tarde anterior que solo subiríamos un poco al principio y luego era todo bajada hasta Laza, a este lo ponía yo a subir ese cuestón. De todas formas siempre cogemos con pinzas la información de la gente que no ha hecho el recorrido en bici, sobre todo en cuanto a los desniveles. 
 

Embalse de As Portas

Las obras faraónicas del AVE en Galicia


Embalse de As Portas


Pasando por Portocamba. Antes de llegar a Laza nos encontramos con varios pueblos anclados en el pasado.

Montañas antes de llegar a Laza


En la bajada ya iban apareciendo grandes pinadas

Por fin llegó la bajada hacia Laza, un pueblo de menos de 2.000 habitantes, pero que parece una gran ciudad al lado de las aldeas por las que hemos pasado a lo largo de la mañana. Nos comemos unos bocatas en un bar antes de comenzar a subir la gran dificultad de la jornada, el monte Requeixada. La subida nos la tomamos con tranquilidad y vamos ganando altura poco a poco. Es la típica montaña en la que cuando parece que ya has llegado arriba, tomas otra curva y ves que la carretera sigue culebreando durante algunos metros más, y asi una y otra vez. 
Casi al final de la subida llegamos a Alberguería. En este pueblo es famoso el "Rincón del Peregrino" un bar con cientos de vieras colgadas por los peregrinos que pasan por aquí. Nosotros también colgamos la nuestra. 

Bar y Albergue "Rincón del Peregrino" en Alberguería 


La música es del bar


Alberguería
Salimos de Alberguería buscando el camino, pero nos tuvimos que dar la vuelta y coger de nuevo la carretera, las ruedas se nos llenaron de pinchas pero por suerte no pinchamos.

Tras alguna confusión con las señales del camino llegamos a Xunqueira de Ambía. El calor era insoportable, el día anterior anunciaron ola de calor en Galicia y por desgracia no se equivocaron. Paramos en un bar, ya no nos apetecía beber agua, ni refrescos, así que nos hidratamos con unas cervezas bien frescas y unas tapas de embutido de la zona. El dueño del "Bar Luciano", que al principio era mas serio que una esparteña, luego cogió confianza y estuvo de charla con nosotros. Al vernos tan cansados y acalorados nos dijo que nos iba a hacer una "proposición indecente". Jodeeer, a ver por donde sale este tio!!  A 1 km del pueblo se encontraba el Río Arnoia y nos dijo que nada más pasar el puente salía una senda a la derecha que nos llevaría a una caseta de piedra donde había un chorro de aguas termales. La verdad que no nos apetecía agua caliente en ese momento, pero fuimos hasta allí a ver que tal. Había un hombre mayor en bolas y esperamos a que terminara para meternos nosotros. Fue todo un acierto ya que el agua no estaba caliente, más bien fria, y el baño fue genial. Solo quedaban unos 20 kms hasta Orense y esta parada nos vino genial para recuperarnos un poco. 

Colegiata de Xunqueira de Ambía


El lugar que nos recomendó el dueño del bar en Xunqueira de Ambía para darnos un baño

Regresando de la ducha

Río Arnoía
   Los últimos kilómetros antes de llegar a Orense fueron de bajada pero con fuerte calor y un tráfico bastante denso. Nada más entrar a la ciudad pinchó mi bicicleta, por supuesto en la rueda trasera que es la más dificil de cambiar al tener que quitarle las alforjas, además los piñones se nos desparramaron de nuevo por el suelo. Arreglamos la bici como pudimos con un calor terrorífico. Aunque estábamos a la sombra, el viento venía muy caliente. Orense está en el fondo de un valle y rodeado de montañas y si os fijais de vez en cuando en las temperaturas, en verano hay veces que hace más calor que en el sur.
Al llegar al centro de la ciudad ya creíamos que nuestro sufrimiento terminaba, pero resulta que Orense tiene unas cuestas bestiales y como la ley de Murphy siempre aparece en estos momentos, el albergue de peregrinos se encontraba en lo alto de la ciudad. Casi sin aliento y con 100 kms recorridos llegamos al albergue, nos duchamos y salimos a cenar. Aún de noche el calor era insoportable, después vimos en el telediario que durante el día habíamos llegado a los 39ºC, que para Galicia no está nada mal.

Dando una vuelta por Orense

sábado, 21 de septiembre de 2013

DIA 13.- PUEBLA DE SANABRIA - LA GUDIÑA. 53 Kms.

A las 08:00 de la mañana salimos de nuestro albergue. A pesar de encontrarnos a principios de septiembre el termómetro marcaba 3ºC. Según nos había dicho Ramiro, el chico del taller de bicis, nos esperaba un puerto duro, el Padornelo, así que no nos venía mal que hiciera algo de fresco. Nos habían recomendado que no fueramos por el camino, que lo hicieramos por la carretera, ya que las obras del AVE interrumpen el camino y hacen muy dificil el rodar en bicicleta.
Mientras hacía una última foto del Castillo, pasaron junto a mi tres ciclistas con remolques en sus bicicletas. Más tarde los alcanzamos y estuvimos de charla con ellos. Santi, Victor y Salva son de Reus y están haciendo la Vía de la Plata desde Cáceres a Santiago. El menor de ellos tenía 60 años y el mayor 67. A nosotros nos da mucha moral ver a gente de estas edades haciendo estas machadas, ojalá estemos tan bien a su edad y no nos quedemos en un parque dando de comer a las palomas.
A llegar a Requejo ellos pararon en un bar a tomar un café y nosotros seguimos hacía el puerto, queríamos pasarlo lo antes posible. La carretera nacional por la que ascendimos está en muy buen estado y casi no lleva tráfico, a causa de que la Autovía A-52 va paralela a ella. El puerto del Padornelo no nos pareció muy duro, tenía una pendiente soportable, incluso cuando llegamos arriba nos quedamos extrañados de que ya se había terminado.
Pasamos el pueblo de Lubían y tuvimos un par de subidas hasta el tunel de la Canda, estas más cortas pero algo más empinadas que el puerto anterior. Al pasar el tunel ya nos encontrábamos en Galicia. Estábamos eufóricos de haber llegado hasta aquí pedalendo desde la puerta de nuestra casa en Murcia y buscamos el cartel de GALICIA, para hacer una foto del momento, pero nuestro gozo en un pozo, parece que los carteles los han reservado para la autovía y en la carretera nacional...ni rastro.
No mucho más que contar sobre esta jornada ciclista, la verdad que no fue memorable, tuvimos que hacer todo el camino por la nacional y aunque no había tráfico, echamos de menos un poco de tierra en nuestras ruedas.
Llegamos muy temprano a La Gudiña, sobre las 11:30 de la mañana y buscamos el Albergue de Peregrinos. Al llegar no había nadie pero estaba la llave puesta en la puerta. Llamamos al número de teléfono de Protección Civil y nos dijeron que cuando pudieran bajarían. Nos duchamos, lavamos la ropa y esperamos hasta las 13:30 y allí no apareció nadie, asi que nos fuimos a comer y a dar una vuelta por el pueblo. A la vuelta echamos la siesta y por fin a las seis de la tarde apareció uno de los encargados del albergue que nos cobró 6 euros por persona y nos selló las credenciales. Cuando ya pensábamos que tendríamos el albergue para nosotros solos, apareció una pareja de italianos que acababan de llegar en tren y comenzarían el camino a pie desde La Gudiña. La verdad que nos nos molestó dormir en compañía, el albergue era muy grande y casi que lo preferíamos.
Por la tarde fuimos a dar una vuelta por el pueblo, para una vez que llegábamos temprano a un lugar, la verdad que tenía poco que ver.

Momento en el que nos cruzamos por primera vez con los chicos de Reus

Hicimos pocas fotos. Este dia nos hubiéramos cambiado por la gente que iba a pie por el camino.

Albergue de La Gudiña

Iglesia de San Martiño (La Gudiña)

La Gudiña


La Gudiña

DIA 12.- SANTA MARTA DE TERA - PUEBLA DE SANABRIA. 63 Kms.

Salimos de Santa Marta de Tera en una mañana fresca, que no fría,  perfecta para montar en bici. El paisaje era idílico, ríos, embalses, mucha vegetación, incluso se nos cruzaron unos corzos por el camino. Estábamos disfrutando de cada pedalada cuando comencé a notar que mi rueda trasera no iba bien. Paramos y descubrimos que la cubierta tenía un "huevo", pero pensamos que duraría hasta Puebla de Sanabria, nuestro destino final de la jornada, de todas formas no lo podíamos solucionar, era domingo y los pueblos por donde pasábamos no tenían nada abierto. En un camino entre Rionegro del Puente y Monbuey la rueda reventó con una tremenda explosión, la cámara estaba destrozada pero lo peor es que la cubierta tenía una raja de unos 7 u 8 centímetros y para eso si que no teníamos recambio. Nos quedamos con cara de tontos y sin poder reaccionar en unos minutos. De repente recordé que había visto por internet una chapuza hecha con cinta americana. Mientras que yo iba cambiando la cubierta sana a la rueda de atrás, Merce enrrolló la cubierta dañada con varías vueltas de cinta americana. Pusimos esa cubierta en la parte delantera para que no sufriera el peso de las alforjas, lo malo es que si reventaba de nuevo había mas probabilidad de caer. Descubrimos que la carretera no iba demasiado lejos del camino donde nos encontrábamos y cruzando por uno campos pudimos incorporarnos a la N-525, cosa que deberíamos haber hecho anteriormente, nada más notar que la rueda no iba bien, pero de estos errores se aprende. 
Aún nos quedaban 32 kms de carretera para llegar a Puebla de Sanabria y fue un tramo muy tenso. Había bastantes kilómetros de bajadas pero con la rueda delantera en esas condiciones tenía que ir frenando para no pegarme el gran hostión si reventaba de nuevo.
Al fin llegamos a Puebla de Sanabria, y nuestra chapuza aguantó perfectamente, incluso creo que hubiera aguantado bastantes kilómetros más. Cuando surgen estos problemas y los puedes solucionar por tus propios medios sientes una gran satisfacción.
Era domingo y pensábamos que tendríamos que esperar hasta el lunes para comprar una cubierta nueva, pero en el albergue donde nos quedamos, nos informaron que había un chico en el pueblo que reparaba bicicletas y que lo podíamos llamar. Ramiro fue nuestro angel de la guarda ese día, lo llamamos y se ofreció a pasar a recogernos por la tarde en nuestro albergue y llevarnos a su taller. En un momento nos puso una nueva cubierta y nos bajó en su coche de nuevo al albergue. Muchas gracias Ramiro por tu gran ayuda. 
Por la tarde, ya con la bici reparada y mucho más tranquilos, dimos una vuelta por Puebla de Sanabria, sin duda el pueblo más bonito que visitamos durante el viaje.
Esa noche nos quedamos a dormir en el Albergue Casa Luz, el cual recomendamos a cualquiera que se acerque a Puebla de Sanabria. 10 euros por persona con wifi y llamadas a fijos nacionales gratis. La atención buenísima y todo muy limpio. 

Mojón indicando el camino

Alcanzando a los italianos, nuestros compañeros de albergue de la pasada noche


Rio Tera

Pedaleando por parajes idílicos. No nos esperábamos que nuestra plácida jornada se iba a estropear


Una acequia invade el camino



Embalse de Nuestra Señora de Agavanzal

No es necesaria una bici de 1.500 euros para cruzar España, con esta bien sencilla también se puede hacer.



Presa del Embalse de Nuestra Señora de Agavanzal

La chapuza aguantó hasta Puebla de Sanabria

Puebla de Sanabria, uno de los pueblos más bonitos de España.

Castillo de los Condes de Benavente. Puebla de Sanabria

Castillo de los Condes de Benavente. Puebla de Sanabria


Ermita de San Cayetano

Iglesia de Ntra. Señora de Azogue y Ermita de San Cayetano

Casco antiguo

Casco antiguo

miércoles, 18 de septiembre de 2013

DIA 11.- SAN PEDRO DE LATARCE - SANTA MARTA DE TERA. 84 Kms.

Dormimos muy bien en San Pedro de Latarce, supongo que la ruta de cervezas de la tarde-noche anterior habrá tenido algo que ver. Como siempre iniciamos la jornada muy temprano para aprovechar el fresco de la mañana.

Lo primero avituallarnos de agua

Desde la salida del pueblo ya escuchamos lo disparos de los cazadores. Cazan a pocos metros del camino, esperemos que no les falle la puntería.


Ya en la provincia de Zamora
Entre la fauna autóctona



Un poco de vida in the secarral

Paisano alucinando al paso de nuestras monturas

Cruzando el Rio Esla, poco antes de llegar a Benavente

Llegamos a Benavente, una encrucijada de caminos hacía Santiago de Compostela. Nuestra idea inicial era subir desde Benavente hacia Astorga y allí tomar el Camino Francés hasta Santiago, pero las noticias de los últimos días no eran muy alentadoras para nosotros. Según nos habían comentado, el camino francés estaba atestado de peregrinos estos días y después de haber viajado practicamente solos hasta Benavente, no nos apetecía hacer cola en los Albergues para suplicar una cama. La decisión estaba tomada, nos habían hablado muy bien del Camino Sanabrés, y como los planes están hechos para cambiarlos, nuestro viaje tomó rumbo hacia la comarca de Sanabría.

A partir de Benavente va cambiando el paisaje. Trás varias jornadas de secano al fin rodábamos junto arroyos, acequias y a ratos paralelos al Rio Tera, un placer para los sentidos.
Tan felices íbamos que nos pasamos un cruce entre Villanazar y Sitrama de Tera. Nos perdimos, teniendo que coger la N-525 que casi no tenía tráfico, pero estábamos disfrutando tanto que al llegar a Sitrama buscamos de nuevo el camino. Preguntamos a un señor por el camino señalizado con flechas amarillas que iba hasta Santa Marta de Tera y nos dijo que se convertía en senda y no se podía pasar con una bicicleta. A veces nos ha pasado que gente que nunca ha montado en una bici de montaña no tiene ni idea de por donde es capaz de pasar, pero esta vez la cagamos. El paisano tenía toda la razón y por ir de listos al final tuvimos que empujar la bicicleta por un tramo que estaba destruido por una crecida del Río Tera. Empujar una bici por ese tramo es dificil, pero con las alforjas se nos hizo casi imposible. Tuvimos que subir las bicis de una en una entre los dos, menos mal que el tramo no era demasiado largo.

Bajando hacia Villanázar

A pesar de que iba haciendo calor, rodar por esta vegetación nos da vida.


Rio Tera


Esta es parte de la senda por donde tuvimos que ir trepando con las bicis
Llegamos a Santa Marta de Tera bastante cansados pero felices de haber recorrido una de las partes más bonitas de nuestra ruta. Preguntamos en el Bar Stop por el Albergue para peregrinos y la amable dueña nos acompañó a la puerta para indicarnos donde se encontraba. En el bar había una chica francesa que acababa de llegar y también buscaba el albergue, así que nos fuimos los tres a buscarlo. La chica francesa tenía los pies destrozados, casi no podía caminar, venía haciendo la Vía de la Plata desde Salamanca y nos contó que el año pasado hizo desde Sevilla a Salamanca. Llegamos al Albergue de Peregrinos de Santa Marta de Tera y alucinamos con las instalaciones. El albergue está abierto desde hace tres meses, por lo que se encuentra impecable y con unas instalaciones muy modernas. La casa, que se ha remodelado para hacer el albergue, pertenecía a una familia que la ha donado al pueblo. 
En el albergue se encontraba una pareja de italianos, que también iban cojos. Desde que salimos de Murcia era la primera vez que coincidíamos una noche con peregrinos.
Nos duchamos y lavamos la ropa, también aprovechamos el patio y la manguera para lavar nuestras bicis, que buena falta les hacía. 
Al poco de terminar nuestras labores del hogar llegó la chica francesa y nos dijo que había una visita guiada a la Iglesia Románica de Santa Marta de Tera, construida a finales del Siglo XI. Nunca habíamos oído hablar de esta iglesía que es una pequeña joya, además la guía nos hizo la visita muy amena. Además de la rica historia de esta iglesia, se produce un fenómeno curioso:

"La iglesia de la localidad de Santa Marta de Tera ofrece el fenómeno de la luz equinocial cada cierto periodo de tiempo. Esta es una de las características más llamativas del templo románico. Dicho fenómeno se produce dos veces al año coincidiendo con los equinocios de otoño y de primavera, el sol penetra en la sala a través del óculo de la cabecera e ilumina el capitel historiado situado a la izquierda del ábside." (Robado de la Wikipedia)

Esta foto no es nuestra

Esta si es nuestra, aunque no capta la belleza del templo

Iglesia de Santa Marta de Tera

Esta imagen de Santiago peregrino de la Iglesia de Santa Marta de Tera aparece a lo largo del camino 


Albergue de Santa Marta de Tera, el mejor de nuestro camino.

Patio del albergue

Haciendo la cena

Después de la cena, nos hizo una visita Jonathan, el joven alcalde del pueblo. Se preocupó de nuestra estancia e incluso nos llevó en su coche a una fuente a las afueras del pueblo para abastecernos de agua para el día siguiente. Muchas gracias Jonathan por tu hospitalidad y la del pueblo de Santa Marta de Tera. 
Muy recomendable el albergue y por tan solo 5 euros por persona.